La muerte de Daniel Carchetti, recepcionista de un sanatorio privado donde ya se habían reportado casos de neumonía bilateral, volvió a encender las alarmas en el sistema público y privado de salud de Tucumán. Con su deceso, ya son tres los fallecidos por este brote que se desató a principios de año.
“Estuvo internado por lo menos tres semanas”, estimó Angelina Liezun, integrante del Consejo de Enfermería de Tucumán (CET). Además de él, dos enfermeros perdieron la vida desde el 18 de enero.
“Ahora tenemos compañeros complicados que están bastante enfermos. Lo que no estamos advirtiendo es que son enfermeros en su mayoría jóvenes”, dijo a LA GACETA. “No es que no haya un agente etiológico, sino que no se ha identificado”, agregó, en alusión a la respuesta oficial del Ministerio de Salud Pública de Tucumán.
Asimismo, anunció que el jueves a las 18 convocarán a una marcha en plaza Independencia “para pedir que el Estado busque las causas del deceso y que cuide las condiciones laborales de los enfermeros”.
Participarán de la medida los familiares de las personas fallecidas y algunos enfermeros y miembros del personal de Salud. “Muchos tienen miedo. Enfermería es una profesión frágil, naturalizaron el abuso. Sus cargos dependen siempre de un otro”, señaló Liezun.
La enfermera manifestó su preocupación por la situación epidemiológica de Tucumán, debido a la “falta de información y operación” en el marco de estos contagios. “El sistema de Salud no dice nada y tampoco se investigan las causas. Se deberían estudiar los contactos, las fuentes, el ambiente, por qué fue este sector y no otro… No se hace nada y la investigación epidemiológica exige eso; un estudio minucioso de los factores de riesgo”, aseguró.
Además, apuntó a que la acción de las autoridades sanitarias “queda en los consejos, pero no en medidas concretas que aseguren que los enfermeros trabajen en condiciones aceptables”.
“El Estado debería estar estudiando y protegiendo a los enfermeros. No van a fiscalizar las áreas y hay un sector que se encarga de eso”, dijo la enfermera.
“Nadie nos quiere dar información, no hablan, no hacen un reporte epidemiológico. No es normal, no tenemos certezas, todo es muy silenciado”, aseveró.
El 15 de febrero, luego de recibir los resultados del Instituto Malbrán, el Gobierno descartó que los casos de neumonía bilateral hayan sido provocados por la bacteria Legionella y que tengan una fuente común. “Ante la sospecha de un brote, se investigó la hipótesis de legionelosis, llevándose a cabo las medidas de prevención y control pertinentes (incluyendo el proceso de desinfección de los circuitos de agua) y se realizaron estudios de laboratorio en muestras biológicas resultando todas negativas”, afirmó en su momento el ministro del área, Luis Medina Ruiz. (Producción periodística: Bárbara Nieva)